El derecho a jugar de nuestros hijos

El derecho a jugar de nuestros hijos

Patro Gabaldón, Periodista
En este artículo
  1. Jugar: un derecho a ser defendido

Tengo una tía, ya anciana, que cuando era pequeña sufrió la guerra civil española. Ella siempre dice que por ser la mayor de sus hermanas y por la situación tan espantosa que se pasó en aquellos años, no tuvo la posibilidad de jugar y de actuar como una niña, ella considera que esta vivencia le había 'robado la infancia' y la había marcado para siempre.

Jugar: un derecho a ser defendido

Niña jugando a la cocinita

Todos los niños tienen el derecho a ser educados y protegidos, pero además debemos otorgarles el derecho a divertirse, a aprender, a expresarse e ilusionarse a través del juego. Según la Convención de los derechos del niño, que celebra su aniversário el 20 de noviembre, todo niño tiene derecho a jugar. El juego no sólo supone un entretenimiento placentero para el niño, es una herramienta de experimentación con la que el niño comprende y explica cómo funcionan las cosas, es un proceso intelectual importantísimo en el niño, además de servir de vínculo afectivo y social con otros niños.

Observar sus juegos nos hace entender con facilidad la importancia que tienen para su desarrollo y felicidad, y además nos ayudan a conocer mejor a nuestros niños, ya que vemos reflejados en sus acciones lúdicas sus inquietudes, destrezas, necesidades o miedos. El juego del niño con los juguetes, con la naturaleza, con los objetos cotidianos, con la imaginación, con los amigos, con las palabras, etc. es una actividad de la que no puede ni debe prescindir ya que, además de proporcionar al niño una felicidad evidente, es necesario para su desarrollo intelectual, emocional y social, porque:

- Les impulsa a la experimentación y a la creatividad;

- Favorece la comunicación con nosotros y sus iguales;

- Fomenta su individualidad, autonomía e iniciativa;

- Desarrolla la imaginación y la personalidad;

- Sirve para aprender conductas y resolver problemas que parecen irresolubles, incluso para aliviar conflictos y enfermedades.

El juego permite la maduración psíquica de niño a través de la asimilación, comprensión y adaptación de la realidad externa. Jugar en tanto que experimentación, es una preparación excelente para la vida adulta. Por todas estas razones, desde GuiaInfantil.com hacemos un llamamiento para que los países luchen para hacer realidad este derecho tan importante en la vida de los niños, y evitar que nada ni nadie pueda robarles la infancia a ningún niño del mundo.

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