Cómo hacer la RCP en niños

La reanimación cardiopulmonar a tiempo puede salvar la vida de un niño

Andrea Blanco Ramírez, Enfermera especializada en Primeros Auxilios
En este artículo
  1. Cómo hacer la RCP en niños
  2.  Los pasos a seguir para hacer la RCP en niños

El masaje cardiorespiratorio a niños, o RCP infantil, es una maniobra que sirve para reanimar a un niño en caso de parada cardiorrespiratoria. Es decir, cuando por algún motivo ha dejado de respirar y el corazón se ha parado.

Aunque es algo que a todos los padres nos da mucho miedo hacer, tenemos que tener muy presente que puede salvar la vida de nuestro hijo.

En estos casos, mantener la cabeza fría y actuar con rapidez es vital para que el niño reaccione. En este artículo te enseño, cuando es necesario realizarla y cómo hacer la RCP en niños.

Cómo hacer la RCP en niños

Cómo hacer la RCP en niños

Se puede hacer a partir del año de edad, ya que en bebés la técnica tiene algunas diferencias que hay que tener muy en cuenta.

Las principales causas por las que un niño puede acabar teniendo una parada cardiorrespiratoria son en su mayoría por ahogamiento, atragantamiento, sofoco, asfixia, etc.

¿Cómo podemos saber que el niño necesita un masaje cardiorrespiratorio?

Cuando vemos un niño que se encuentra inconsciente, y que no respira, es el momento en que deberíamos proceder a realizar la reanimación cardiopulmonar o RCP. En ocasiones podemos conseguir que el corazón vuelva a latír, aunque lo normal es que hasta que los servicios de emergencias no actúen, o se le aplique un desfibrilador, el niño no reaccione.

Entonces ¿porqué hacemos la maniobra?

Lo importante es que, mientras llega la ambulancia, los órganos del niño tengan oxígeno y sigan vivos para que sufran lo menos posible. Es importante hacerlo con rapidez ya que, cada minuto sin oxígeno hay un 10% menos de posibilidades de recuperación.

 Los pasos a seguir para hacer la RCP en niños

Cómo hacer la RCP en niños

1- Comprobar el nivel de consciencia del niño, para ver si responde a algún estímulo, para ello podemos llamarle o moverlo con suavidad.

2- Si no obtuviéramos respuesta del niño, lo primero es avisar al servicio de emergencias.

3- Mientras esperamos, podemos ayudar abrir las vías aéreas y realizar la maniobra llamada “Frente-mentón”, que consiste en colocar una mano en la frente del niño, mientras que, con la otra mano elevamos la barbilla manteniendo la boca abierta y echando la cabeza del niño hacia atrás.

4- Revisaremos si con esta maniobra el niño puede respirar. Para ello realizaremos una comprobación llamada “Ver-oír-sentir”, es decir, colocaremos nuestra mejilla próxima a su boca mirando hacia el tórax, de esta manera sentiremos si respira, a la vez que observamos si el pecho del niño se eleva por la respiración. Si viéramos que el niño no respira con normalidad, continuaremos efectuando los los siguientes pasos.

5- Nosotros le ayudaremos a respirar artificialmente. Para ello realizaremos 5 ventilaciones con la maniobra del “boca a boca”.

Lo primero que debemos hacer es, manteniendo la maniobra frente-mentón, pinzaremos la nariz con dos dedos, y pondremos nuestra boca sobre la boca del niño para insuflarle aire poco a poco. La cantidad de aire que le daremos dependerá del tamaño del niño, evidentemente, cuanto más grande más cantidad de aire.

6- A continuación, continuaremos con unas compresiones torácicas, que servirán para que el corazón empiece a bombear sangre de nuevo. Según el tamaño del cuerpo del niño debemos usar 1 o las 2 manos.

- Si usamos una mano: Colocaremos el talón de la mano en el centro del esternón del niño, trazando una línea imaginaria entre los dos pezones, y con el brazo estirado, y sin doblar el codo, dejaremos caer parte del peso de nuestro cuerpo, comprimiendo un poco el tórax del niño (⅓ aproximadamente de su capacidad), soltando para dejar recuperar el pecho del niño a su posición inicial.

- Si usamos las dos manos: Colocaremos una mano en el centro del pecho del menor y con la otra entrelazamos los dedos de ambas manos, con el talón de la primera mano comenzaremos las compresiones torácicas, de la misma manera que se realizaría con una mano.

- Las compresiones torácicas y las ventilaciones que apliquemos tienen que seguir un ritmo de 30 compresiones torácicas y 2 ventilaciones, debemos conseguir unas 100 compresiones por minuto, sin olvidar las maniobras para realizarlo correctamente y sin realizar ninguna pausa. Para poder seguir el ritmo adecuado podemos cantar mentalmente y seguir el ritmo de la canción de Macarena.

- Si llegásemos a estar cansados, se puede hacer un intercambio con otro reanimador, dejando pasar el mínimo tiempo posible en el intercambio.

Esta maniobra habrá que hacerla durante el tiempo necesario hasta que lleguen los servicios de asistencia sanitaria, el niño recobre la consciencia y respire sin problemas, cuando nos encontremos exhaustos y no se puede continuar la RCP, o no sean eficaces las compresiones.

Autor: Andrea Blanco Ramirez. Enfermera en el Hospital Puerta de Hierro.

Coautor: Gonzalo Carrillo de Albornoz Martínez Pantoja.

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