El soldadito de plomo. Cuentos para niños

Relatos infantiles de autores clásicos para leer con niños

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  1. Cuento de los hermanos Grimm. El soldadito de plomo

Los hermanos Grimm cuentan con una extensa colección de cuentos infantiles entre los que destaca El soldadito de Plomo, una historia de amor y aventuras que a los niños les encanta a la vez que les conmueve.

Y como no podía ser menos, esta bonita historia está también en la selección de cuentos clásicos de Guiainfantil, donde puedes encontrar una gran variedad de relatos cortos tradicionales para leer junto a tus hijos.

Cuento de los hermanos Grimm. El soldadito de plomo

El soldadito de plomo. Cuentos tradicionales.

Jorgito obtuvo buenas calificaciones escolares y recibió como premio una caja de juguetes con trenes, un arlequín, una bailarina y soldaditos de plomo.

Con tristeza, Jorgito se dio cuenta que a uno de sus soldados le faltaba una pierna, pero lo quiso más porque ello indicaba que la había perdido heroicamente en una batalla. Un día por la noche y cuando todos dormían, sonó el clarín de los juguetes y uno por uno empezaron a cobrar vida. El soldadito de plomo quiso estar más cerca de la muñeca bailarina que no paraba de sonreírle, pero el malvado arlequín negro se interpuso entre ellos tratando de evitar su cercanía. Y fue tanto su rencor que al abrir la ventana logró que un fuerte viento lanzara por los aires al soldadito que apenas podía mantenerse de pie con una sola pierna.

La bailarina sollozó y el arlequín se burló al ver que el soldadito caía en una charca y que un vagabundo lo alejaba en un endeble barco de papel. Pero, lejos de sentirse vencido, el valiente soldadito de plomo al percibir el llanto de su amada se armó de valor y blandiendo su espada, decidió enfrentar al malvado arlequín y a los que no querían verlos juntos.

El barquito de papel tomó el curso de una alcantarilla y en medio de la oscuridad, el soldadito pudo presentir la presencia del enemigo. Esta vez era una inmensa y voraz rata que trató de atacarlo, pero gracias a la hábil maniobra de nuestro héroe pudo alejarse de la orilla, al tiempo que el hambriento roedor le gritaba:

“¡Maldito soldado de plomo!, pero si yo no he podido acabar contigo, más allá te llevarás una amarga sorpresa. ¡De esta no sales vivo, soldadito mutilado, ja, ja, ja, ja...!”

No le hizo caso y siguió navegando en busca de su amada muñeca bailarina.

Pero la amenaza del roedor se hizo realidad: el barquito se dejó llevar por la corriente que anunciaba la presencia de un río. El barco de papel naufragó, el soldadito se hundió muy profundo y allí un salmón se lo trago apuradamente. Ya dentro, una especie de sismo lo lanzó contra el espinazo del pez y quedó desmayado.

Al despertar no podía creerlo: estaba en casa de Jorgito, donde llegó el salmón que había sido pescado por el padre para cenar. El soldadito corrió en busca de su amada. Se abrazaron felices e iban a casarse, pero el malvado arlequín atropelló al soldadito, enviándolo a las brasas de la chimenea. Sin pensarlo dos veces, la bella bailarina fue tras él y algo maravilloso ocurrió. El cielo los llamó y juntos se elevaron para ser felices durante toda su vida.

Fin

Pedro Oliver. Redactor de Guiainfantil.com

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