Niños con miedo a las tormentas

Cuando el niño tiene miedo a los rayos y truenos

Borja Quicios, Psicólogo educativo
En este artículo
  1. Cuándo aparece el miedo a las tormentas en niños
  2. Cuál es el papel de los padres ante esta situación
  3. Cuándo debemos buscar ayuda profesional

El miedo es una emoción natural que aparece ante la amenaza o ante una situación de riesgo. Es una emoción muy necesaria en el desarrollo del niño ya que cumple una función de supervivencia que permitirá al pequeño actuar con precaución y evitar un peligro.

El miedo suele aparecer en edades muy tempranas. Conforme el niño va pasando por las distintas etapas del desarrollo sus miedos van cambiando. Irán apareciendo y desapareciendo miedos, otros persisten. Pero, ¿por qué han niños con miedo a las tormentas?, ¿cómo ayudarles a superarlo?

Cuándo aparece el miedo a las tormentas en niños

Miedo de los niños a la tormenta

Hay temores propios de cada etapa evolutiva. A los 3 y 4 años el grado de miedo experimentado por los niños suele alcanzar su máximo. Es decir, sus miedos se hacen más patentes. Su imaginación les juega malas pasadas, temen a “los monstruos” que se esconden en la oscuridad y aparece el miedo hacia los fenómenos naturales como los truenos, el viento, etc.

Por tanto, es muy habitual que a estas edades los niños tengan miedo a las tormentas apareciendo como una reacción automática de autoprotección que le pone en situación de alerta ante un peligro.

Cuál es el papel de los padres ante esta situación

Si el niño tiene miedo a las tormentas es esencial que los padres eviten comportamientos que enquisten el problema como por ejemplo:

- Ignorarle cuando el niño muestra su temor.

- Ridiculizarle o regañar al niño por mostrar sus miedos.

- Tratar de que el niño con 3 años entre en razón y dar por hecho que puede enfrentarse a sus miedos solo.

Para no caer en estos errores, es importante que los padres sigan estos consejos:

- Escuchar. El niño debe sentirse escuchado y percibir que se le toma en serio para sentirse apoyado ante sus miedos.

- Informarle. Explicar al niño de manera clara y concisa cual es el proceso de una tormenta. Saber en qué consiste este fenómeno le hará ver que es un proceso normal y que no puede causarle ningún daño.

- Distraerle. Cuando haya una tormenta puede realizar juegos y actividades que le distraigan y le ayuden a pensar en otra cosa como bailar, ver fotos, una película en familia, etc.

- Que se enfrente al temor gradualmente. Acompañarle al principio durante las tormentas, explicándole en qué consiste el fenómeno, jugando con él, e ir reduciendo la ayuda para que se vaya enfrentando poco a poco a la tormenta él solo. Este proceso será largo y no vale con explicárselo una vez para dejarle solo.

- El uso positivo de la imaginación. Se puede utilizar la imaginación desbordante que tiene los niños a esa edad para utilizarla positivamente. Por ejemplo, contar historias donde el niño tiene poderes para poder controlar la propia tormenta.

Cuándo debemos buscar ayuda profesional

Las reacciones normales del niño ante las tormentas es la de asustarse y buscar la protección de los adultos de su entorno. El problema viene cuando manifiesta otros síntomas como taquicardia, sudores fríos, incontinencia urinaria, etc.

Cuando los síntomas van más allá es cuando será necesario consultar a profesionales para que guíen a los padres enseñándoles técnicas de control de la respiración o relajación muscular para ayudar a sus hijos a afrontar el problema.

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