Cuándo empezar a aplicar la disciplina a los niños

Por lo general, se puede empezar a poner normas y límites a los niños a partir de los dos años de edad

Estefanía Esteban, Periodista
En este artículo
  1. Consejos para poner normas y límites a los niños

Ser madre o padre representa un cambio importante en la vida de uno. Un cambio no solo para los padres como también para el bebé, los hijos. Ambos crecen, aprenden, tienen que superar problemas y dificultades. Por ello, el primer año del bebé es una etapa muy especial y muy distinta a la del segundo año, cuando el pequeño ya empieza a dar sus primeros pasos, a moverse con más autonomía y a querer probar todo. Ese es el momento en que los padres deben empezar a poner límites y aplicar la disciplina a los hijos.

Consejos para poner normas y límites a los niños

Cómo aplicar límites en la educación de los niños

Cuando hablamos de disciplina, la primera palabra que nos viene a la cabeza es NO. El empleo del NO también debe tener límites, ya que el abuso de ésta, puede transformar su verdadero sentido. Lo mejor, al principio, es utilizarla solo cuando exista alguna situación de riesgo para el niño.

En entrevista a Guiainfantil.com, María Luisa Ferrerós, psicóloga infantil y autora del libro '¡Castigado!', nos da algunas pautas para los padres de cómo y cuándo pueden aplicar la disciplina y dar límites a los niños. El primer límite se impone en cualquier situación que comprometa la seguridad y salud de los pequeños:

- La disciplina a los niños y los límites deben entrar en escena al primer año de vida del niño, cuando el pequeño empieza a caminar y a explorar todo en su entorno, con más autonomía.

- Se debe poner límites al niño, diciéndole NO: 'No toques, no subas, no bajes...'.

- Cada NO que se dice al niño debe ir acompañado de una cara seria y firme. No puede ser que le estén diciendo que NO y al mismo tiempo se esté rompiendo de risa.

- Para un niño de un añito, todo lo que le digamos o hagamos, es un juego. Un NO también puede ser interpretado de esta manera. Basta que digamos que NO para que el niño vuelva a insistir en lo que estaba haciendo y siga provocando. El niño tiene que aprender a interpretar el NO como un orden contrario a lo que está haciendo.

- El niño va probando, va jugando con sus padres, pero cuando ve que ante la misma cosa o situación responden de la misma manera, con un 'no' y cara seria, el niño al final dejará de hacer lo que estaba haciendo. Las pataletas son un ejemplo de ello.

- Los niños aprenden muy rápidamente a respetar los límites. Hay una serie de señales no verbales e importantes que complementan al “no”: el tono, la firmeza y la gravedad de la voz, la mirada fija, la cara seria o una actitud más firme. Son claves en la aplicación de los límites.

- La seguridad de los padres a la hora de transmitir los límites y la disciplina es también una de las bases positivas de su aplicación. Si los padres están convencidos de que el niño no debe hacer eso o aquello, es decir, saben el por qué lo prohíben y cuál es el objetivo, será más fácil para que el niño reaccione de forma positiva.

- La única manera de que al niño le llegue el mensaje de sus padres, es cuando le quede claro que son ellos el capitán del barco, los que ponen las normas para su bien. Los padres deben sentirse como el timón y el rumbo de sus hijos. El cambio de papeles puede llevar al barco a experimentar grandes tormentas.

- El niño debe saber la diferencia de lo que está y de lo que no está permitido hacer. Y los padres deben mantenerse firmes en su educación. El respeto de uno hacia el otro es la base para que todo funcione.

- La falta de límites y de disciplina no hace feliz a los niños ni a sus padres.

- Para que el 'no' no sea la palabra más escuchada por los niños en su día a día, lo mejor es que los padres proporcionen a sus hijos un entorno seguro en el que puedan explorar, investigar y circular, sin riesgos.

- Cuando un niño de un añito hace algo que pueda representar riesgos para él, es más aconsejable que los padres le digan 'no toques' o '', que además de eso explicarle el porque no debe hacerlo. A esta edad, los niños no comprenden explicaciones demasiado largas. Puede que los padres pierdan la atención de su hijo en la cuarta o quinta palabra.

- Es muy importante que los padres sean perseverantes a la hora de aplicar límites y disciplina a los hijos. Si el niño no debe subir en la silla, el 'no suba' debe ser aplicado por toda la familia.

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