La merienda-cena para los niños

Cómo organizar una merienda-cena saludable a tus hijos

Carlota Reviriego, Nutricionista
En este artículo
  1. ¿Merienda y cena o merienda-cena para los niños? 
  2. Consejos para organizar la merienda-cena de los niños

Los fines de semana, cuando las rutinas dejan paso al ocio y a los eventos familiares y con amigos, los horarios se relajan y puede que nos encontremos con que el horario de la comida nos impide incluir merienda y cena en el tiempo de día restante. En situaciones como estas nos encontramos ante una disyuntiva a la hora de alimentar a nuestros pequeños, ¿debo ofrecerle merienda y cena como hacemos a diario o puede una merienda-cena para los niños ser suficiente?

¿Merienda y cena o merienda-cena para los niños? 

Merienda-cena para los niños

En el caso de bebés menores de un año en los que la dieta base ha de ser la leche, no debemos preocuparnos en absoluto si nos saltamos una comida. En estos momentos la alimentación complementaria no aporta demasiado a nivel nutritivo, sino que básicamente aporta nuevas experiencias al bebe.

Posteriormente, en la primera infancia, conviene tener siempre presente que un niño cansado ni va a comer suficiente ni va a disfrutar de la comida, por lo que, si hacer merienda y cena supone que la cena va a ofrecerse tarde y el niño va a estar con mucho sueño, es mejor optar por una merienda-cena en un horario intermedio.

Los niños más mayores y los adolescentes ya responden a esta disyuntiva como los adultos, y si para el adulto la merienda-cena es una opción completamente válida, también lo es para los niños, con la ventaja de que la digestión suele facilitarse al no hacerse tan tarde como la cena.

A la hora de ofrecer una merienda-cena debe tenerse en cuenta que su aporte nutritivo debe parecerse más al de la cena que al de la merienda, sin llegar necesariamente a ser tan energética como esta.

Consejos para organizar la merienda-cena de los niños

- Como hidratos de carbono pueden ofrecerse patatas o pan, preferiblemente integral, o un poco de arroz/pasta.

- Debe incluir algún tipo de alimento proteico. Como las legumbres suelen ser más difíciles de digerir cuando la hora de acostar está cercana, es mejor evitarlas, incluyendo en su lugar algún tipo de carne o pescado.

- Los micronutrientes como vitaminas y minerales pueden aportarse vía frutas o verduras. Las verduras son fácilmente incluibles, por ejemplo, con una pequeña ensalada, que presenta el beneficio extra de que, al consumirse en crudo, no se pierde ningún nutriente. Aunque tradicionalmente la fruta se ofrece en el postre, no existe motivo alguno por el que no pueda incluirse en la ensalada, la manzana o las uvas frescas o pasas son bastante aceptadas por los más pequeños. Como otra alternativa, las verduras pueden usarse para elaborar salsas para albóndigas, pollo o pescado, y, si se pasan por la batidora, el niño ni siquiera se dará cuenta de que las está comiendo.

- Dependiendo de la edad, los frutos secos y las semillas pueden ser muy útiles para aportar ácidos grasos esenciales.

- El pescado, sobre todo el azul, y el aceite de oliva que adereza la ensalada, también ofrecen un buen aporte.

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