La edad del pavo en los hijos

Pautas para entender los cambios emocionales que experimentan los hijos adolescentes

Jimena Ocampo Lozano, Psicopedagoga
En este artículo
  1. Adolescencia o edad del pavo, cómo reconocerla
  2. Cambios a nivel psicológico y emocional en la edad del pavo
  3. ¿Qué cambios implica la edad del pavo a nivel familiar?

La edad del pavo, o adolescencia es una etapa que todos los padres tenemos que pasar y que en ocasiones nos traen bastantes quebraderos de cabeza.

La edad del pavo se inicia en la preadolescencia, y es una edad complicada tanto para padres como para los propios chicos, que experimentan  numerosos cambios tanto a nivel físico, como emocional o social.

Adolescencia o edad del pavo, cómo reconocerla

Edad del pavo, de la infancia a la adolescencia

La adolescencia es un periodo de comienzo y duración variables, que marca el final de la niñez y sienta las bases de la madurez. La adolescencia consiste más bien en la etapa del desarrollo del ser humano que sigue a la pubertad y en la que se producen toda una serie de cambios psicológicos.

Para diferenciar, la pubertad (o preadolescencia) es el preludio de la adolescencia y es la etapa en la que se da la maduración sexual y la aparición de los órganos sexuales secundarios, (desarrollo de los pechos, aparición del vello,etc...). Esta maduración no se da  igual en chicos y en chicas,(estas suelen madurar antes).

Entre los 9 y los 11 años en las chicas y los 10 y los 12 años en los chicos, (aunque cada niño y niña lleva un ritmo, estas edades son orientativas), tiene lugar la pre- adolescencia o pubertad, y con el fin de esta, comienza la adolescencia. 

Y ¿a qué edad termina? Aproximadamente alrededor de los 18 años finaliza la adolescencia y da comienzo una etapa más tranquila.

Cambios a nivel psicológico y emocional en la edad del pavo

- Imagen corporal nueva: Los adolescentes debido a los cambios fisiológicos apuntados anteriormente, se ven obligados a rehacer la imagen del propio cuerpo, la preocupación por el físico pasa a primer plano. Se muestran sensibles y propensos a la inestabilidad emocional.

El interés por imitar modelos idealizados (deportistas, actores…)  puede conducirles a adquirir complejos y, como abordaremos posteriormente, problemas de comportamiento y conducta que pueden resultar peligrosas para su salud.

- Identidad personal: En esta etapa se produce una lucha interna en el adolescente, por un lado luchan por tener mayor independencia, se muestran susceptibles sino se les trata como a un igual y a la vez están atemorizados llegando a experimentar un miedo intenso. En estos momentos necesita mayor protección y comprensión. Intentan comprenderse y se sienten desconcertados por las contradicciones que perciben en sus sentimientos y conducta.

El adolescente empieza a descubrir su identidad. Esta identidad tiene un componente psicosocial con connotaciones de carácter cognitivo. Se juzga a sí mismo en función de cómo es percibido por los demás y establece comparaciones con ellos. Tiene una gran necesidad de reconocimiento por parte de los adultos y de los compañeros. Este reconocimiento les posibilitará tener un concepto positivo de sí mismo.

- Relación con los adultos: Necesita afirmarse en contra de los adultos (padres, profesores) para poderse encontrar a sí mismo. Las relaciones con los adultos son ambivalentes. En ocasiones, se oponen a ellos y a los valores que representan. Otras veces les imitan. Necesitan modelos ya que están afirmándose como personas.

- Importancia de los amigos: Adquiere una gran importancia la relación con los iguales. Esta relación suele iniciarse, en un primer momento en pandillas de un solo sexo; posteriormente se agrupan en pandillas de distinto sexo para posteriormente iniciarse en las relaciones de pareja.

La influencia de los compañeros tiene más peso en las decisiones y actuaciones inmediatas. En cambio, en líneas generales, suelen atender más a los modelos adultos cuando se trata de decisiones de futuro.

¿Qué cambios implica la edad del pavo a nivel familiar?

Las normas y límites tienen que seguir siendo claros, aunque podemos empezar a negociar normas en casa, teniendo claras las consecuencias de no cumplirlas. Ya no son niños, por lo que tenemos que empezar a darles más responsabilidades y autonomía. Lo que los chavales nos piden es independencia e intimidad y aunque nos resulte a veces difícil, poco a poco tenemos que ir soltando cuerda.

En esta edad la autoestima y el autoconcepto pueden ser frágiles, y aunque quieran "distanciarse" de los adultos, nuestro papel el fundamental. Confiar en ellos, escucharles, apoyarles cuando nos necesiten, y sobretodo entender que aunque para nosotros es una etapa difícil, para ellos aún lo es más.

Es una época en la que el conflicto es inevitable con ellos, así que debemos ser pacientes y pero a la vez firmes con ellos. Hay que destacar que lo que hayamos hecho a nivel educativo con ellos en la infancia, puede condicionar mucho que tengan una adolescencia más tranquila o no, y aunque no hay dos adolescentes iguales ni fórmulas mágicas para educar a un hijo adolescente, la paciencia y el sentido común serán aliados importantes para los padres en esta tarea.

Y como no siempre es fácil la ayuda de los expertos nos puede ser de gran ayuda cuando nos encontremos con adolescentes especialmente difíciles y no nos veamos capaces de gestionar los conflictos que podamos encontrarnos por el camino.

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