Asma infantil: el tratamiento en los niños

Las vacunas pueden ser un tratamiento capaz de disminuir la respuesta del niño alérgico frente al alérgeno y así controlar el asma. La inmunoterapia puede cambiar el curso natural de la enfermedad alérgica y consiste en la administración de cantidades crecientes de alérgeno a un niño sensibilizado con el mismo, para disminuir la respuesta alérgica, mejorar la sintomatología y reducir el uso de medicación sintomática.

¿Cuándo deben emplearse las vacunas para el asma infantil?

La aplicación de la inmunoterapia no es universal, sino que debe ser cuidadosamente evaluada y prescrita por un alergólogo según cada caso específico. Las vacunas están especialmente indicadas para casos de:

• Rinitis, conjuntivitis y asma provocados por alérgenos ambientales como pólenes, ácaros, algunos hongos y epitelios de animales.
• Reacciones severas a picaduras de heminópteros, como abejas y avispas.
• Determinadas condiciones laborales, como el asma del panadero.

En el tratamiento del asma infantil, es esencial reconocer que la inmunoterapia puede ser una herramienta eficaz, pero su aplicación requiere una evaluación detallada y personalizada por parte de un alergólogo. Él estudiará el historial médico del niño, así como la severidad y frecuencia de los síntomas para determinar si la inmunoterapia es adecuada.

Además de los casos mencionados de alergias a ácaros, pólenes, y reacciones a picaduras de insectos, la inmunoterapia también puede ser considerada en otras situaciones específicas. Por ejemplo, niños con asma que no han respondido adecuadamente a los tratamientos convencionales pueden ser candidatos para la inmunoterapia. Este enfoque puede ayudar a reducir la dependencia de medicamentos como corticosteroides inhalados y broncodilatadores, mejorando la calidad de vida del niño.

La inmunoterapia ha demostrado ser efectiva en la prevención de la progresión de la 'marcha alérgica', un fenómeno donde los niños con alergias como la dermatitis atópica pueden desarrollar asma o rinitis alérgica con el tiempo. Al modificar la respuesta inmune del cuerpo a los alérgenos específicos, la inmunoterapia puede proporcionar un enfoque mucho más proactivo en el manejo del asma infantil.

Contraindicaciones de las vacunas para el asma infantil

De igual modo, las contraindicaciones de la inmunoterapia son relativas. Así, el alergólogo debe valorarlas en cada paciente y, para ello, habitualmente se tienen en cuenta las siguientes condiciones:

• Niños menores de 5 años, excepto en el caso de hipersensibilidad a veneno de himenópteros.
• Embarazo: no está contraindicada la continuidad de la inmunoterapia, pero no se debe comenzar su administración durante la gestación.
• Enfermedades inmunopatológicas e inmunodeficiencias severas.
• Enfermedades tumorales.
• Trastornos psicológicos severos.
• Asma grave o mal controlado.
• Cualquier enfermedad o situación que contraindique el uso de adrenalina.
• Mal cumplimiento terapéutico.
• Medicamentos para el asma infantil

Los dos tipos de medicamentos utilizados para tratar el asma incluyen los medicamentos de control a largo plazo y medicamentos de alivio rápido a corto plazo. Aunque la meta de ambos medicamentos es tratar los síntomas del asma, se utilizan con diferentes propósitos.

1. Los medicamentos de control a largo plazo normalmente se toman todos los días para controlar los síntomas del asma y para prevenir que ocurran ataques de asma.
2. Los medicamentos de alivio rápido se toman principalmente para aliviar el comienzo repentino de los síntomas de asma (como en un ataque de asma), y en casos en los que los síntomas de asma ocurren sólo ocasionalmente.

Ambiente psicológico para el niño asmático

Conviene que el niño asmático crezca en un ambiente optimista y cálido para que gane en confianza. Hay que mantener en la medida de lo posible una vida normal, con las rutinas y actividades que se necesiten. La sobreprotección del niño está totalmente desaconsejada para que no se sienta inferior o diferente frente a los demás. Es recomendable evitar frases del tipo 'tú no puedes hacer esto debido a tu enfermedad'.

La razón es que los ataques de asma pueden causar temor en el niño, debido a que la situación se repita de forma continua e incluso puede que deje de realizar actividades rutinarias por miedo a que vuelva a ocurrirle un episodio similar. En estos casos, así como en otros en los que existan graves problemas emocionales, se recomienda acudir a un especialista.

Crear un ambiente saludable para un niño con asma implica más que simplemente manejar los síntomas físicos; también es crucial atender su bienestar emocional y social. Involucrar a los niños en actividades físicas adecuadas es vital. El ejercicio puede fortalecer su sistema respiratorio y mejorar su salud general, pero debe ser adaptado a sus capacidades y bajo condiciones que minimicen los riesgos de un brote. Actividades como la natación son a menudo recomendadas porque el aire húmedo y cálido de las piscinas interiores es menos probable que desencadene síntomas de asma.

Además, es esencial que el entorno escolar del niño esté informado y sea comprensivo respecto a su condición. Los maestros y el personal escolar deben estar equipados con el conocimiento necesario para responder adecuadamente en caso de emergencia y para apoyar al niño en su manejo diario del asma. Esto incluye tener un plan de acción para el asma bien definido y accesible en la escuela.

Por otro lado, el apoyo psicológico puede ser tan crucial como el tratamiento médico. Las familias no deben dudar en buscar apoyo profesional si observan que su hijo muestra signos de depresión o ansiedad relacionados con su asma. Un psicólogo infantil puede proporcionar estrategias para ayudar al niño a manejar la ansiedad que puede surgir de vivir con una enfermedad crónica y ayudar a desarrollar una imagen positiva de sí mismo, independientemente de su condición.

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