5 errores a la hora de limpiar la nariz del bebé

Cómo hacer un lavado nasal a nuestro bebé correctamente

Sergio Lopez
En este artículo
  1. En qué se equivocan los padres al limpiar la nariz al bebé

¿Qué producto debo usar para lavar la nariz a mi bebé? ¿Cada cuánto tengo que hacer un lavado nasal? ¿Es recomendable usar siempre un aspirador para retirar los restos de mucosidad?

Cuando nos disponemos a realizar un lavado nasal al bebé, nos entran un montón de dudas que no sabemos resolver. Os contamos los cinco errores más frecuentes que realizamos a la hora de lavar la nariz a nuestro niño y cómo solucionarlos.

En qué se equivocan los padres al limpiar la nariz al bebé

como limpiar la nariz al bebé

Los lavados nasales con agua de mar son muy útiles si se aplican correctamente, es por ello por lo que es muy importante conocer los trucos y los errores más comunes relacionados con esta práctica:

1.- Los padres solo realizan lavados nasales a sus bebés cuando estos están acatarrados. Esto es un error ya que los lavados nasales se deben hacer a diario tanto para limpiar y para prevenir de posibles enfermedades.

2.- Otro error muy común es preferir el suero al agua de mar. Tal y como hemos explicado antes, la composición del agua de mar hace el lavado sea más efectivo y más natural.

3.- Echar unas pocas gotas de agua de mar no sirve de nada. Los lavados nasales se ejecutan echando un buen chorro de agua de mar, o haciendo una o varias inhalaciones de agua de mar pulverizado, y no solo con dos o tres gotas.

4.- Los lavados nasales hacen daño a los bebés y no hay que forzar al niño a la limpieza.: Es cierto que, al principio, a los bebés no les gusta que les limpiemos la nariz y es posible que se enfaden cuando lo hagamos. Más aún si ya nos ven con el agua de mar en las manos. Sin embargo, es importante ser consciente de lo necesario de estos lavados y la existencia de pautas y consejos para evitar que el bebé esté molesto. Uno de ellos es el de hacer lavados con el bebé tumbado en vez de sentado. Lo mejor es que esté tumbado, porque así se facilita la sujeción de la cabeza. Una cabeza bien sujeta evita que el niño gire bruscamente la misma, por lo cual podemos hacerle daño en sus fosas nasales.

5.- No cuidar la higiene durante el proceso de los lavados nasales. En ocasiones se tiende a pensar que siendo el aspirador para el mismo niño no hay peligro en aspirar durante mucho tiempo con el mismo recambio. Esto es un grave error, cada vez que usamos el aspirador es necesario poner un recambio nuevo. El uso continuado del mismo recambio puede provocar infecciones en las vías respiratorias altas.

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