El perro del establo. Cuentos infantiles para niños

Un cuento que habla de los daños que pueden causar las burlas y la indiferencia a una persona

Patricia Gallegos Tejada. Escritora
En este artículo
  1. Cuentos para niños. El perro del establo
  2. Preguntas para la comprensión de texto para niños
  3. Cuentos, leyendas y poemas sobre perros para niños

Un precioso cuento con el que los niños pueden aprender importantes lecciones como porque no burlarse de los demás. El perro del establo nos da una lección de humildad y dignidad. Al ver que las vacas se burlan de su trabajo, el perro se va del establo. Cuando las vacas no vuelven a ver al perro, le echan de menos y aprenden a respetarlo. Un cuento con una sencilla y bonita moraleja para los niños.

Cuentos para niños. El perro del establo

El perro del establo. Cuento infantil

En un establo cerca de un gran pastizal vivían 30 vanidosas vacas y un perro pastor alemán. Todos los días las vacas muy seguras de que eran muy importantes para su dueño, mecían sus colas mirándose largos ratos unas a otras antes de hacer caso al perro pastor que, animado, daba de brincos para llevarlas a pastar.

Luego, sin mucha prisa, pasito a pasito iban a comer. El perro brincaba mostrando el camino, corriendo, ladrando, y diciendo a las vacas por donde llegar al gran pastizal:

- Por aquí señoras! Por aquí!. Vamos, daos prisa que ya es hora de llegar. Señoras en fila para cruzar el riachuelo, ladraba el perrito.

Las vacas se burlaban del perro:

- Nosotras somos importantes, somos las vacas, damos leche a nuestro amo, así que nosotras marcamos el paso, no este perro tonto que esta hecho de saltos, carreras y no da nada al amo

Todos los días era lo mismo, las vacas miraban al perro por encima del hombro, mientras el perro trataba de ordenarlas a su paso entre carreras, ladridos y animados saltos.

Una noche, al llegar al establo, el perro agotado se echó al costado y escuchó a las vacas burlarse de su trabajo, 'Ese perro inútil cree que nos lleva y no sabe que nosotras lo llevamos hasta nuestro pasto ja, ja, ja'. Se reían haciendo escándalo '¿Quién necesita a ese perro?' Esa noche, el perro se durmió llorando.

Al amanecer el perro decidió no seguir pastando a aquellas vacas vanidosas y se fue en busca de otros animales más agradecidos que reconocieran su trabajo. Cuando fue la hora de salir al pasto las vacas meneaban sus rabos esperando que llegara el perro flaco brincando y ladrando para salir de nuevo al campo, pero no escucharon ladridos ni vieron saltos.

Sólo se escuchaba al amo llamando '¡Tarzán!, ¡Tarzán! ¿Dónde estás?'. Pasó la mañana y sus ¿grandes estómagos comenzaron a rugir. Las vacas esperaban ya poder salir, pero vieron luego que el amo molesto sólo les traía heno. 'Y que ha pasado con nuestro paseo?', decían las vacas mientras comían rumiando, '¿Es que el perro inútil se olvidó de nosotras que somos importantes?' y así las vacas pasaron el día burlándose, riéndose y criticando al perro.

Al día siguiente, por no salir al campo, las vacas vanidosas se estaban aburriendo, pero una vez más no escucharon los ladridos del inútil perro, sólo vieron al amo trayéndoles heno, 'Creo que hoy tampoco al campo saldremos', 'Seguro que esos ricos pastos ya deben estar creciendo y nosotras aquí acaloradas nos quedaremos', decían las vacas mientras rumian su heno.

En lo que quedaba de día, las vacas siguieron discutiendo por quien tenía la culpa de la huída del perro 'Fue tu culpa por no darte prisa', 'No, fue la tuya por no formar fila', 'No, fue tuya por mojarte en el arroyuelo cuando veníamos de regreso'… Se culpaban unas a otras sin encontrar al responsable. Pasó un día más y las vacas ya cansadas se resignaron a su encierro.

Fue al no salir al campo y mugir su aburrimiento, cuando de pronto una de las vacas dijo con gran suspiro: 'Extraño al perro', 'Sí, yo extraño sus ladridos', 'y yo sus saltos de contento', 'y yo extraño el que nos pasee dando ordenes como de sargento', 'ah! pero era bueno el perro, nos sacaba temprano sin importarle el frío, calor o la lluvia de invierno', 'Sí, siempre pensó en nosotras y en nuestro alimento, en conseguirnos pasto y del más tierno'.

Y en ese tercer día las vacas entristecieron y no dieron leche pues de tristeza casi no comieron. El jilguero del roble que crecía al costado del establo escuchó los lamentos de las vacas tristes y fue a buscar al perro. Voló todo el día buscando y buscando y al final de la tarde encontró al perro, echado al costado de un hormiguero con el hocico picado y con cara triste.

'Al fin te encuentro perro. Te he estado buscando por todo el campo', dijo el jilguero.

- ¿Para que me buscabas?, preguntó el perro

- Para que vuelvas al establo, respondió el jilguero

- Pero allí no me necesitan. Esas vacas vanidosas no me quieren ni respetan, y yo no quiero eso, por eso me fui a buscar otros rebaños, dijo el perro.

Y siguió:

- Fui donde las abejas, me picaron, y ni caso me hicieron, siguieron volando a las flores que quisieron. Fui donde los patos, traté de dirigirlos en el agua pero nadar es demasiado cansado para un perro. Fui luego donde unos gusanos que encontré en un árbol, pero caminaban muy lento, y por más que yo ladrara, al día siguiente eran mariposas, salieron, volaron, y se fueron muy lejos. Ahora estoy aquí tratando de decirles a estas hormigas adonde ir, pero pasaron sin mirarme, les ladré, les brinqué y solo esquivaron mi pata y siguieron adelante.

- Por eso debes regresar, dijo el jilguero. Las vacas están tristes, ya ni leche pueden dar desde que te fuiste, ayer las escuché decir que te extrañaban y que si tu regresabas nunca más de ti se burlarían.

- ¿Eso dijeron?, se alegró el perro

Y entonces el perro partió rumbo al establo, ladró y brincó, sin dejar de mover el rabo.

A la mañana siguiente las vacas escucharon los ladridos sonoros, se arreglaron temprano para salir al pasto, y el perro contento las llevó ladrando diciendo:

- Señoras, buen día, nos vamos al campo.

Y fue así que se hicieron amigos y nunca más pelearon. Y el jilguero pudo dormir sin burlas, sin culpas ni quejas en el roble al costado del establo.

FIN

Preguntas para la comprensión de texto para niños

1. ¿Qué papel tenía el perro Tarzán en la granja?

2. ¿Cuál era la reacción de las vacas a las órdenes de Tarzán?

3. ¿Qué hizo el perro cuando supo que las vacas se burlaban de él?

4. ¿Qué pasó con las vacas cuando el perro se fue?

5. ¿Qué hizo el granjero?

6. ¿Por qué el perro ha vuelto a la granja?

7. ¿Qué más te ha gustado de este cuento?

8. ¿Qué has aprendido de este cuento?

Cuento enviado por Patricia Gallegos Tejada (Perú)
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Cuentos, leyendas y poemas sobre perros para niños

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