Ojo a los instrumentos de música que utilizan los niños

Cuando decidí apuntar a mi hija a la escuela de música, lo hice consciente de que la música aporta muchos beneficios a la comunicación y expresión emocional de los niños.

Tras tres años sólo con lenguaje musical, mi hija tuvo que elegir un instrumento. Eligió piano y menos mal porque ahora los datos de un estudio revelan que los instrumentos, especialmente los de aire, pueden representar un riesgo para la salud de los niños.

Cada niño con su instrumento musical

Según los resultados del estudio avalado por la Academia Americana de Odontología General (AGD), se ha detectado tanto en instrumentos de metal como de madera, generalmente ya usados o prestados, la presencia de bacterias que se asocian a enfermedades infecciosas y alérgicas importantes como es el asma infantil. Se ha comprobado que estos instrumentos pueden albergar diferentes tipos de hongos y bacterias.

Los resultados del estudio, publicados en la revista 'General Dentistry', vienen a resaltar la importancia que se debe tener con la higiene de los instrumentos musicales. Si no se limpian de forma adecuada, las bacterias y los hongos pueden crecer durante semanas e incluso meses después del último uso. En el estudio se analizaron 117 partes de 13 instrumentos diferentes de una banda de instituto, incluyendo boquillas, zonas de contacto y cámaras internas. Seis de estos instrumentos se habían tocado hacía una semana, y los otros siete llevaban más de un mes sin usarse. A través de los análisis hechos a estos instrumentos fueron detectados un total de 442 bacterias diferentes, muchas de la familia de los 'staphylococcus', las que suelen causar fuertes infecciones. También fueron encontradas 58 muestras de mohos y 19 de levaduras, que por lo general causan infecciones en la piel, especialmente alrededor de la boca y los labios.

Muchas veces nosotros, los padres, no nos damos cuenta de los riesgos que puede representar para nuestros hijos el compartir la boquilla de instrumentos como son las cornetas, la flauta, la armónica y otros, con otras personas. Lo mejor sería que cada niño tuviera su propio instrumento, y en el caso de lo que lo tenga prestado, que insistiéramos en su limpieza. De todos modos, en un caso o en otro, los instrumentos deben ser limpiados después de cada uso para evitar o reducir la presencia de microorganismos. Además, la limpieza no debe limitarse a la boquilla, las bacterias se expanden por todo el instrumento. Para eso, existen paños higiénicos y soluciones específicas para la limpieza de los instrumentos.

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