Onicofagia infantil. Por qué se muerden las uñas los niños

Cómo evitar que los niños y bebés se muerdan las uñas

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En este artículo
  1. Causas y consecuencias de la onicofagia infantil
  2. Qué hacer para que el niño no se muerda las uñas

Una gran cantidad de niños sufre onicofagia. No dejes que este término te asuste porque estamos hablando de niños que se muerden las uñas, un mal hábito que puede aparecer antes de los tres años y que debemos evitar que se prolongue en el tiempo. 

Porque aunque comerse las uñas resulte un gesto de lo más habitual, tiene consecuencias negativas sobre el desarrollo del niño, sobre su salud bucodental y sobre su autoestima. Te contamos por qué se muerden las uñas los niños y cómo puedes evitarlo.

Causas y consecuencias de la onicofagia infantil

Niño se muerde uñas

La onicofagia infantil no es una enfermedad, sino un mal hábito que tiene un origen nervioso. Puede que el niño esté estresado, que tenga ansiedad o que esté pasando por un momento difícil de entender como un cambio de colegio, la llegada de un nuevo hermano o la muerte de un familiar. En algunos casos, la mala costumbre de morderse las uñas puede comenzar por imitación en el caso de que el padre o la madre aún conserven este hábito puramente infantil.

Aunque en la mayoría de los casos la onicofagia desaparece con la edad, es importante que el niño no persista en esta mala costumbre porque tiene sus riesgos. Además de las visibles heridas en los dedos, morderse las uñas puede provocar infecciones en las encías, perjudicar el crecimiento de los dientes, favorecer la aparición de verrugas y generar problemas de autoestima por cuestiones estéticas.

Qué hacer para que el niño no se muerda las uñas

- Hablar con él: la buena noticia es que la onicofagia se puede frenar, sobre todo si empiezas a tomar medidas desde el primer momento en que observes que tu hijo tiene este mal hábito. Lo más importante es que no le regañes, ni le castigues, ni mucho menos le hagas sentir vergüenza de su comportamiento. Lo que debes explicarle son las consecuencias de persistir en el gesto, sin alarmarle, pero sin esconder la realidad.

- Averiguar las cauas: Los remedios caseros de rociar las uñas con esmalte o con algún producto farmacéutico de sabor desagradable son efectivos pero no quitan el hábito. El hábito desaparece por la modificación del comportamiento de forma paulatina. Y para que eso se produzca, lo que hay que eliminar son las causas que producen la onicofagia. Por lo tanto, debes estar atenta a las situaciones concretas que desencadenan que el niño se muerda las uñas.

- Actividades para controlar el impulso: una vez identificados los momentos de estrés o ansiedad que llevan al niño a morderse las uñas, proporciónale otras opciones para que mantenga las manos ocupadas, como un trozo de plastilina, por ejemplo. El objetivo es que deje de utilizar el hábito de la onicofagia como respuesta a una determinada situación. Para ayudar a que el niño se esfuerce en no continuar con este mal hábito, puedes colocarle tiritas de colores en los dedos. De esta forma, cuando vaya a llevarse el dedo a la boca, la tirita llamativa le llevará a hacer una pausa y podrá controlar su impulso.

- Practicar deporte: teniendo en cuenta que la onicofagia tiene un origen nervioso, no está de más que el niño practique más ejercicio físico para canalizar mejor su energía. En cualquier caso, si el problema persiste, puede esconder algún trastorno emocional que debe ser tratado por un especialista.

Laura Vélez. Colaboradora de Guiainfantil.com

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