Cómo puedo ayudar a mi hijo con TDAH

Qué hacer si al niño le diagnostican hiperactividad

Sofía Gil Guerrero, Psicóloga General Sanitaria
En este artículo
  1. Qué hago si a mi hijo le diagnostican hiperactividad

Para los padres es difícil asimilar que su hijo ha sido diagnosticado de TDAH. Tras recibir el diagnóstico comienzan las reacciones de incredulidad, desorientación, impotencia, frustración, negación, enfado, miedo e incluso culpa. 

Este tipo de reacciones son normales en un primer momento tras conocer el diagnóstico, sin embargo, resulta fundamental que los padres logren salir de esa tormenta de emociones y comiencen a asimilar lo que sucede para adaptarse a la nueva situación

Qué hago si a mi hijo le diagnostican hiperactividad

Hijos hiperactivos, ¿qué hacer?

Una vez el niño ha sido diagnosticado, los profesionales (médicos, psicólogos o psiquiatras) que conocen al niño, comienzan a ofrecer a los padres multitud de información sobre qué es el TDAH, causas, síntomas, características más sobresalientes, etc. Además, a parte de la información que reciben de los profesionales, los padres suelen buscar información por su propia cuenta. 

Al final, se ven sobrecargados de información pero con la necesidad aún de recibir orientación y asesoramiento para aprender de forma clara y sencilla cómo pueden ayudar a su hijo en el día a día. 

En este artículo os ofrecemos 5 sencillas recomendaciones para que podáis ponerlas en práctica y ayudar en casa a vuestro hijo con TDAH:  

1. Planificar e introducir una rutina diarias en el ambiente familiar. Los niños con TDAH obtienen grandes beneficios cuando en casa hay rutinas establecidas. Es ideal planteárselo como que el día está lleno de metas por alcanzar (vestirse, comer, lavarse los dientes, ducharse, hacer los deberes, jugar, prepararse la mochila, etc.). Por supuesto, cada logro que el niño consiga deberá ser recompensado. Te recomendamos que realices un horario (lo ideal es hacerlo de manera conjunta con el niño) con las actividades que tiene que hacer durante el día. De tal manera que, con un solo golpe de vista, sepa que tiene que hacer en cada momento. Posteriormente, convertirá esas actividades en hábitos y no necesitará ni siquiera mirar el horario.

2. Fortalece su autoconcepto y autoestima. Aquello que le decimos a los niños influye directamente en la construcción de su autoconcepto, en su autoestima y por supuesto, en su forma de comportarse. Háblale con cariño, resalta con frecuencia sus cualidades positivas, critica su comportamiento y hazle saber que no ha sido adecuado pero, en ningún caso lo califiques o etiquetes por ello. Por otro lado, a los niños con TDAH le resulta difícil en muchas ocasiones identificar sus cualidades positivas, ¡anímale a hacer una lista con todas las cualidades positivas que se le ocurran! Si no se le ocurren muchas, podéis ayudarle entre toda la familia a completar su lista de cualidades positivas.

3. Permítele que se relaciones con sus iguales. Muchas veces los padres tienden a sobreproteger a sus hijo para evitar que sea rechazado por otros niños, y evitan que asistan a cumpleaños, que realicen actividades extraescolares, que vayan al parque, etc. Sin embargo, esto es un error. Los niños tienen que tener la oportunidad de relacionarse con otros niños. El niño puede aprender habilidades sociales, controlar su impulsividad y regular sus propias emociones pero para ello, es necesario que interactúe con otros niños. 

4. Ayúdale a resolver conflictos. Habla y reflexiona con tu hijo sobre los conflictos que ha tenido durante el día. Enséñale a buscar los antecedentes y los consecuentes del conflicto en el que se ha visto envuelto. Realízale las siguientes preguntas: ¿qué había pasado antes?, ¿qué sucedió?, ¿qué pasó después? Esto le ayudará a no centrarse solo en el conflicto y a ampliar la perspectiva de la situación. Por último, puedes realizarle otra pregunta: ¿crees que podrías haber actuado de otra mejor manera? Esto le ayudará a plantearse cómo puede actuar si en un futuro se ve envuelto en una situación similar. 

5. Prepáralo para el futuro. Anímale a que reflexione sobre qué conductas son adecuadas (respetar los turnos, escuchar a otras personas, pedir las cosas por favor, etc.) y qué conductas no son adecuadas (interrumpir, sacar burla, insultar, pegar, etc.). Una vez el niño haya pensado un poco, podéis hacer una lista de las cosas que se pueden hacer durante el día porque son “adecuadas” y, por tanto, es una buena idea llevarlas a cabo. Y, a continuación, podéis hacer otra lista con aquellas cosas que no se deben hacer porque son “inadecuadas” y, por tanto, no es una buena idea llevarlas a cabo. Plasmarlo por escrito ayudará al niño a interiorzarlo. 

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