40 semanas de embarazo o gestación

El parto y el nacimiento del bebé en la semana cuarenta de embarazo

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En este artículo
  1. Cambios en el cuerpo de la mujer embarazada
  2. Desarrollo y crecimiento del bebé en el embarazo
  3. La salud y las emociones durante el embarazo 
  4. Dieta y alimentación para la embarazada

¡Felicidades, tu bebé está a punto de nacer! En cualquier momento puedes ponerte de parto. El embarazo semana a semana ha llegado al final, tu bebé está a término y en la semana 40 de embarazo ya estás preparada para recibir a tu bebé y acunarle en tus brazos. Después de nueve meses de dulce espera, esta es la semana con la que has estado soñando tanto tiempo. Por fin, conocerás a tu bebé.

Sin embargo, algunos partos se hacen de rogar y se retrasan un poco. Ten en cuenta que tu bebé también puede nacer en la semana 41 o 42. Tu ginecólogo y el equipo médico que te atiende te realizarán pruebas cada pocos días para determinar el estado de la placenta y conocer si sigue nutriendo y oxigenando correctamente al bebé. 

Cambios en el cuerpo de la mujer embarazada

Embarazo semana 40 de gestación

Te sientes complacida cada vez que sientes las patadas y movimientos de tu bebé. Y es que cada vez se mueve menos, pero notar el vigor de sus patadas te llena de tranquilidad ya que es un signo de buena salud. Cuando lleves más de una hora sin notar que se mueve dentro, le puedes estimular bebiendo un zumo o tomando unas galletas, ya que el azúcar le aporta energía y le anima a moverse. Ten en cuenta, que si pasado un rato sigues sin notar sus movimientos debes acudir a Urgencias. 

En la semana 40 de embarazo, debes estar muy atenta a cualquier síntoma que te indique que puedes estar de parto. Recuerda que puedes empezar a notar cada vez más contracciones. Estarás de parto si las contracciones son rítmicas, cada 5 minutos y se mantienen con esa regularidad durante más de un hora. Si las contracciones no son muy seguidas, pero notas un intenso dolor, acude también a Urgencias.

El sangrado mayor o igual a una regla y la rotura de bolsa o saco amniótico también te van a indicar que estás de parto. En ocasiones, la rotura del saco amniótico no implica una salida de líquido abundante. A veces, la rotura es una fisura y la pérdida de líquido se produce en pequeñas cantidades. En cualquier caso, debes acudir a la maternidad porque es un signo inequívoco de que tu bebé va a nacer en las próximas horas. Es importante que te fijes en el color y el aspecto de tu líquido amniótico. Si el líquido es transparente, todo va bien, sin embargo si tiene un color amarillento o verdoso, podría ser una señal de que el bebé está padeciendo sufrimiento fetal y deberás dirigirte a la maternidad lo antes posible.

Desarrollo y crecimiento del bebé en el embarazo

Bebé feto semana 40 de embarazo

Tu bebé está a término. Tiene el tamaño completo y está listo para nacer. Su longitud generalmente varía entre 48 y 53 cm y su peso puede estar entre los 3 y 4,5 kg, dependiendo del sexo del bebé. Normalmente, los niños son más altos y pesan más. La mayor parte de la vermix caseosa (la grasa que lo cubre) ha desaparecido, aunque pueden quedar algunos restos en sus pliegues de la piel.

Aunque muchos bebés nacen pelones, lo más probable es que tenga pelo y uñas largas, con las que puede arañase la cara al poco de nacer. Los huesos del cráneo de tu bebé todavía están separados y se quedarán así para permitir que la cabeza pueda comprimirse lo necesario para atravesar el canal del parto. Las fontanelas se cierran meses después de haber nacido.

La salud y las emociones durante el embarazo 

La ansiedad y el nerviosismo son las notas dominantes de tu estado emocional en los días previos al parto durante la semana 40 de embarazo. El protocolo ginecológico marcará los últimos días antes del parto, ya que es muy importante que el equipo médico conozca con exactitud tu estado de salud, la del bebé dentro del útero, el estado de la placenta, del cuello uterino y del canal del parto. 

En la semana 40 de gestación, siguiendo el protocolo de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia), se realiza la  primera monitorización fetal, también llamada test basal a todas las gestantes de bajo riesgo. Es un método sencillo, fácil de realizar, no invasivo e inocuo tanto para la madre como para el feto. Conviene no realizar esta prueba en ayunas para medir con mayor exactitud algunas variables como la frecuencia cardiaca fetal y su variabilidad con ascensos o desaceleraciones.

La monitorización se puede clasificar en reactiva o no reactiva. Cuando el test basal no sale reactivo, es preciso ingresar a la embarazada para repetirlo o finalizar la gestación. Si en el test se observan signos de pérdida de bienestar fetal o que tu bebé pueda empezar padecer sufrimiento fetal, te ingresarán para finalizar el embarazo, bien induciéndote el parto o realizándote una cesárea, dependiendo del grado de sufrimiento fetal que exista.

Entre tanto, te reaizaran una exploración para ver cómo va modificándose el cuello del útero. Si estás muy dilatada te dejarán ingresada en el hospital para dar a luz. Te asignarán una habitación para realizar el trabajo de parto durante la fase de dilatación hasta llegar a los 10 cm. Llegado ese momento, te llevarán a la sala de partos, donde nacerá tu bebé.

Si ha sido necesario programar una cesárea porque el bebé está colocado de nalgas o transversal, no has dilatado el cuello o tienes una cesárea previa, no será necesario el periodo de dilatación y te llevarán directamente a la sala de partos.

Dieta y alimentación para la embarazada

Dieta embarazo semana 40 de gestación

En la semana 40 de embarazo, es posible que sientas antojos relacionados con la comida más a menudo. Queda tan poco para dar a luz que puedes darte un capricho. Siempre que puedas elige aperitivos sanos como los palitos de verdura, las frutas, los yogures desnatados... antes que los snacks salados o los refrescos azucarados. 

Sin embargo, es normal que te apetezca comer entre horas. Sigue haciendo 5 pequeñas comidas al día. Te ayudarán a mantener en buenas condiciones tus niveles de azúcar en sangre y evitarán bajones de energía que podrían poducirte algún pequeño mareo, ya que debido al que el crecimiento de tu útero y de tu bebé se encuentran en su momento más alto, es normal que te sientas más cansada y agotada de lo normal.

La hidración es fundamental. Procura beber al menos 2 litros de líquido al día entre zumos, sopas, infusiones y agua. Mantener los niveles óptimos de hidratación te ayudará en la recta final del embarazo a cuidar de tu salud y la de tu bebé.

Y último, piensa que estás a punto de dar a luz y necesitas tener fuerza y energía para afrontar el parto en las mejores condiciones. Todos los nutrientes que ingieras en estos últimos días no sólo servirán para nutrir el desarrollo de tu bebé, sino que además te proporcionarán todo lo que necesitas para realizar el trabajo de parto en las mejores condiciones. Recuerda que si te pones de parto en casa, conviene comer algo antes de salir hacia el hospital, ya que lo normal es que en un primer parto la dilatación dure unas 6 horas de media y además en la maternidad te pondrán un enema para vaciar el contenido del estómago antes de dar a luz.

Curiosidades de la semana 40 de embarazo

Sólo el 4 por ciento de las mujeres se ponen de parto en la fecha prevista de parto. Generalmente, el 98 por ciento lo hacen en las dos semanas anteriores o posteriores. Seguramente tu bebé estará dentro de ese 96 por ciento de bebés que nacen cabeza abajo, pero si finalmente te van a practicar una cesárea por que tu bebé está en posición podálica o cefálica, debes saber que es un método seguro para nacer, aunque la recuperación de una cesárea suele ser más lenta que la del parto vaginal.

La duración del parto varía de unas mujeres a otras. En las primíparas suele durar de 6 a 8 horas de media, mientras que en las multíparas suele durar de 4 a 6 horas. Afrotar el trabajo de parto con seguridad y confianza, sin tensiones o nerviosismo, te ayudará mucho a tener un parto sin complicaciones y facilitará el nacimiento de tu bebé. La cercanía y el apoyo de tu pareja y de tu familia te serán de gran ayuda.

Después de nacer, tu bebé seguirá recibiendo anticuerpos a través de la leche materna, mientras que antes lo hacía a través de la placenta. La mayor parte del lanugo que protegía su piel ya ha desaparecido, aunque nacerá impregnado de vérnix caseosa. Mientras que antes era costumbre lavarles y quitarles esa protección natural después del nacimiento, ahora se considera necesario mantenerla unos días para una mayor protección de la piel del bebé.

Nada más nacer, tu bebé será sometido al test de Apgar, que se realiza en dos fases, una al momento del nacimiento y otra a los 5 minutos. En ambos casos, se puntuan los reflejos del bebé en una escala de 0 a 10, que darán cuenta del estado vital del bebé y de su salud en el momento del nacimiento.

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