El ejercicio acuático en el embarazo

Consejos para hacer hidrogimnasia en el embarazo

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En este artículo
  1. Las ventajas del ejercicio acuático para las embarazadas
  2. Recomendaciones para la práctica de hidrogimnasia en el embarazo

El ejercicio acuático en el embarazo es perfecto para el acondicionamiento físico de la mujer, y uno de los que presenta un menor riesgo. En las clases de aquagym o hidrogimnasia para embarazadas, se practican programas de ejercicios iguales o muy parecidos a las clases de aeróbic con la diferencia que, dentro del agua, el peso corporal disminuye hasta en un 90 por ciento. De este modo, se reduce el impacto sobre las articulaciones y la intensidad aeróbica del propio ejercicio, ya que se trata de una clase destinada a mujeres embarazadas.

Las ventajas del ejercicio acuático para las embarazadas

Embarazada en piscina

Muchas mujeres, y más cuando es el primer embarazo, temen hacer cualquier esfuerzo o ejercicio dónde haya peligro de caída o daño al bebé, y optan por cesar de hacer cualquier actividad, y pasar la dulce espera sentadas en el sofá. 

Estar embarazada no es estar enferma y la inactividad puede ser muy perjudicial tanto para el bebé como para la madre. La mujer embarazada ha de mantenerse activa, si las cirscunstancias lo permiten, durante todo el embarazo. El ejercicio físico en el embarazo le reportará muchos beneficios entre los que se encuentran el alivio del dolor propio de los cambios morfológicos o los consabidos problemas circulatorios y una mejor preparación al parto, hasta una pronta recuperación física.

El agua es un medio perfecto y seguro para acondicionar el cuerpo. El hecho de que que el agua sea un medio ingrávido, permite realizar posiciones y movimiemtos que fuera de ella no se podrían hacer, o sí se pudiese, se hacen con mayor y riesgo. 

Algunos estudios han demostrado que el ejercicio en el agua reduce la tensión térmica, es decir, mantiene la temperatura corporal materna dentro de los niveles seguros para el feto. Mientras se está en el agua, la sensación de ligereza y la disminución de presión o sobrecarga artícular y muscular, proporciona un alivio físico y mental para la futura mamá. 

La presión del agua sobre el cuerpo actúa como un masaje en el embarazo, que favorece la circulación de la sangre. La resistencia del agua ayuda a tonificar la musculatura de brazos, piernas, espalda, abdominales y la falta de gravedad del agua permite la realización de multitud de movimientos libres y seguros, resultanto al tiempo, una actividad amena y divertida que al ser aeróbica, evita el sobrepeso, mejora el sistema cardiorespiratorio y dota a la madre de una mayor resistencia al esfuerzo. 

Todos estos beneficios físicos también favorecen una actitud psicológica más positiva, ayudan a disminuir los niveles de ansiedad y favorecen el descanso. 

Recomendaciones para la práctica de hidrogimnasia en el embarazo

1. A partir del segundo trimestre el riesgo es menor. Consulta con tu médico antes de realizar cualquier clase de ejercicio.  

2. Las clases colectivas evitan el ausentismo. Siempre es más divertido y evita el ausentismo, realizar la actividad en un grupo pequeño que sola y siempre bajo la supervisión de un profesional.

3. La periodicidad debe ser alterna. Es mejor ir tres veces a la semana con un día de descanso mínimo entre sesiones cuya duración máxima debe ser de 50 minutos, que puntualmente y a sesiones de mayor duración. 

4. Las pulsaciones no deben exceder 150 latidos por minuto, pero consulta antes con tu médico cuál es tu umbral óptimo.

5. Hay que evitar el agotamiento. La fatiga es perjudicial para el bebé y es muy importante realizar un calentamiento suave y dejar un tiempo al final para el estiramiento y la relajación. 

6. Si durante la practica se siente algún malestar, mareo o subida de temperatura, hay que abandonar el ejercicio y descansar. La ingesta de líquidos, antes durante y después del ejercicio es primordial para evitar la deshidratación y la aparición de calambres

7. Evita los cambios de temperatura, las corrientes de aire y el frío. Después de la sesión es aconsejable ducharse y secarse bien para mantener el cuerpo templado y evitar los resfriados.

8. La temperatura del agua debe estar entre 28 y 31 grados. Esta temperatura hace la realización de los ejercicios más placentera y ayuda a la relajación.

9. El único requisito para practicar este ejercicio es que no le temas al agua, pues no es necesario que sepas nadar. Diferentes elementos complementarios como los cinturones de flotación pueden ayudar a que mantengas el equilibrio y una postura recta. 

10. Cada mujer es distinta al igual que cada embarazo. Rodearse de profesionales de la salud y del deporte, aportarán seguridad y tranquilidad a la futura mamá. 

Marián Zamora Saborit, fisioterapeuta

 

Marián Zamora Saborit
Fisioterapéuta. Técnico en Pilates
Psicomotricista en Educación Infantil
Blog de Marián Zamora

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