Cómo enseñar a los niños a negociar y a debatir de forma eficaz

La comunicación asertiva es muy importante para los niños

Sofía Gil Guerrero, Psicóloga General Sanitaria
En este artículo
  1. Enseñar a los niños a manejar la comunicación asertiva
  2. Pautas para enseñar a los niños a negociar y a debatir

Enseñar a los niños a negociar y a debatir es una de las mejores herramientas que podemos facilitarles para tener éxito en su día a día. Somos animales sociales y eso implica que la mayor parte del tiempo los niños lo invierten en comunicarse con las personas de su entorno (padres, hermanos, profesores, compañeros, amigos, cuidadores, etc.). 

Enseñar a los niños a manejar la comunicación asertiva

Enseñar a los niños a negociar y a debatir de forma eficaz

Saber comunicar de manera asertiva es fundamental para desenvolvernos en nuestra vida diaria sin grandes dificultades. 

Los niños que saben comunicarse de manera asertiva son aquellos que no tienen dificultad para expresar su opinión o defender su punto de vista y además procuran ser cuidadosos para no ofender ni incomodar al interlocutor intentando en todo momento que la conversación sea lo más amable y relajada posible pero sin perder de vista su objetivo.

Ser capaces de transmitir ideas, deseos u opiniones de manera respetuosa y a su vez aceptar puntos de vista contrarios al nuestro, es algo que ninguno de nosotros nace sabiendo hacer sino que por el contrario es una habilidad que vamos aprendiendo con la experiencia y el paso de los años en algunas ocasiones. 

Para enseñar a los niños a negociar y a debatir es necesario en primer lugar que le enseñemos a ser asertivos y no hay mejor manera de hacerlo que con nuestro propio ejemplo. No obstante, a continuación, ofrecemos una serie de pautas o ideas clave que debemos enseñar a los niños si queremos que adquieran la habilidad de negociar y debatir con otras personas eficazmente. 

Pautas para enseñar a los niños a negociar y a debatir

- La verdad absoluta no existe. Es importante que los niños se comporten de manera humilde en cualquier contexto pero especialmente cuando interactúan con otras personas. Adoptar una actitud soberbia nos impide en muchas ocasiones alcanzar nuestro objetivo. Todos los puntos de vista son apropiados, ninguno de nosotros disponemos de la verdad absoluta. Partiendo de esta premisa, vamos a poder defender nuestra postura o nuestros argumentos con tranquilidad, naturalidad y frescura, sin invalidar o subestimar el punto de vista de nuestro interlocutor. Esta actitud puede ayudar al niño a llevarse a su contrincante a su terreno.

- Escuchar activamente y respetar los turnos de palabra. Si queremos ser escuchados y respetados debemos escuchar y respetar nosotros también. Es fundamental dar a conocer al niño la regla de oro de las relaciones sociales: “No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti”. Muchas veces, cuando estamos negociando o debatiendo, no estamos escuchando a las demás personas sino que estamos pendientes de nosotros mismos y preparados para poder soltar en cualquier momento nuestros argumentos. Pero, esto es un error ya que si no escuchamos ni estamos atentos de los argumentos que aportan los demás, difícilmente podremos rebatirlos.

- Saber exponer los argumentos propios. Es tan importante el contenido de lo que decimos como la forma en la que lo decimos. Los niños tienen que aprender a comunicar sus argumentos de la manera más tranquila posible, dejando de lado a las emociones como la rabia o el miedo. Expresar lo que pensamos es un derecho por lo que nada debemos temer pero, a su vez, tenemos la obligación de no intimidar, incomodar o molestar a las demás personas con nuestra manera de defender nuestros argumentos. Por lo que es fundamental que los niños aprendan a decir lo que piensan en un tono adecuado, cuidando las distancias para no invadir el espacio personal de la otra persona, controlando sus movimientos corporales para que sean suaves, etc. Y, por otro lado, es necesario que expongan sus ideas de manera clara sin dar muchas vueltas ni irse por las ramas.

- Aceptar críticas u opiniones contrarias. Escuchar los argumentos de las demás personas, reflexionar sobre ellos y contrastarlos con los nuestros, es una manera fabulosa de fomentar el pensamiento crítico. Debemos enseñar a los niños a tener en consideración las opiniones de los demás y a encontrar argumentos a favor y/o en contra para aceptarlos o rechazarlos.

- Hacer peticiones. Tenemos derecho a hacer peticiones o transmitir a los demás lo que nos gustaría que hicieran pero, debemos tener en cuenta que las demás personas tienen también derecho a no acceder a nuestras peticiones. Es de gran importancia que los niños interioricen esta idea. Tenemos derecho a pedir lo que queremos o necesitamos que los demás hagan por nosotros pero tenemos que estar también preparados para recibir un NO por respuesta que por supuesto tendremos que aceptar. Pero, ¡cuidado!, es necesario insistir en la diferencia de hacer una petición a exigir que los demás hagan algo por nosotros. Si exigimos a los demás estamos perdidos y los niños en la mayoría de las ocasiones no hacen peticiones sino que recurren a la exigencia para conseguir aquello que desean.

- Todos ganamos. La mayoría de nosotros hemos sido educados bajo el marco de las relaciones basadas en el “yo gano-tu pierdes” pero, esto no es lo más inteligente. ¿Por qué no incita a los niños a que busquen soluciones y alternativas para que en la negociación o el debate todas las partes ganen? Esto es lo que se conoce como “yo gano-tú ganas”. Esto no es fácil pero con creatividad e interés los niños pueden hallar una solución o encontrar un punto de acuerdo en el que no sea necesario que una parte pierda para que la otra pueda ganar.

Por último, una gran idea es poner en práctica con nuestro hijos lo aprendido después de haberle explicado todas estas pautas. No hay mejor manera de aprender que pasando a la acción. Una técnica que con frecuencia se utiliza es el “role playing” que no es otra cosa que hacer una representación para escenificar aquello que se les ha enseñado. En este caso, se puede elegir un tema que sea de interés para niño para iniciar un debate o proceso de negociación con el fin de poner en práctica lo hablado anteriormente. Y, ¡que comience el debate o la negociación!

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